El Villanovense da el primer paso hacia el ascenso tras ganar al Extremadura B (2-0)

El Villanovense se impuso al Extremadura B por un cómodo 2-0 en la primera semifinal por el ascenso a Segunda B disputada en el Romano de Mérida gracias a los goles de Casi y Tapia, éste último de penalti. 

Si tuviéramos que definir en pocas palabras la cita que se albergaba hoy en el Estadio Romano de Mérida diríamos que era necesaria la responsabilidad ciudadana para disfrutar de una verdadera fiesta del fútbol. Volvía el público a las gradas de un campo de fútbol y lo hacía bajo la atenta mirada de siglos de historia residentes en una ciudad. Ahora, tras su finalización, podemos afirmar que gracias a dicha responsabilidad guardamos una curiosa postal y un regreso por todo lo alto del fútbol extremeño. 

No servían los análisis sobre papel, nada era vaticinable. Lo que sucediera en el Estadio Romano de Mérida iba a suceder sin que nadie lo previera. El Villanovense, líder y candidato a todo, tenía que verse las caras contra un equipo que, sin posibilidad de ascenso, solo tenía en juego el honor del jugador de fútbol. Nada, más que lo técnico –también poco previsible por los meses fuera de los terrenos de juego- era adivinable.

El Villanovense no dio opción al filial azulgrana 

Pocas novedades en el plantel azulgrana, no así en el del Villanovense. De los Mozos daba paso a Bonaque y Escudero como pareja de zagueros, y dejaba un hueco para el joven Mamau como pivote defensivo. 

Los primeros minutos de juego dejaron un tímido e inicial esfuerzo de los azulgranas, aunque  los serones no tardarían más de cinco minutos en hacerse con el dominio del choque, y no soltarían el volante en los próximos cuarenta y cinco minutos. Los de Álvarez de los Mozos plantearon un once agresivo, con un omnipresente Casi y un juego muy inteligente de altas presiones con la aparición de Gregori como enganche y la experiencia y coraje de Cristo y Ruano por las bandas. La primera campanada llegó antes de que muchos pudieran acomodarse en sus asientos. Casi vio puerta en el minuto cinco, pero el tanto quedó anulado por posición antirreglamentaria del murciano. Desde este momento la primera mitad se puede definir como un control absoluto serón, en el juego con balón y sin él. Si por algo se caracteriza el equipo de de los Mozos es por gestionar a la perfección sus esfuerzos

Los serones, enchufados; los de Almendralejo, bien posicionados y “achicando agua con gran dignidad”. Dos llegadas a puerta contabilizaron los azulgranas en la primera mitad y ambas terminaron por encima de la portería de Pawel. Los esfuerzos azulgranas por soportar la presión serona se manifestaban en una salida del balón que difícilmente superaba la divisoria. Collao, quien ya defendiera en el día de ayer la portería azulgrana en El Molinón, tuvo todo el protagonismo del Extremadura. Sus atajadas a Casi, Cristo y Gregori salvaron de una situación mucho peor a los del filial.

El gran desgaste de los de Villanueva de la Serena se habría enquistado amargamente si no hubiera llegado Casi para convertirse en santo. Cuando se comenzaba a avistar el tiempo añadido de la primera mitad, Casi cazó un balón dentro del área y fusiló la meta que hasta el momento había guardado férreamente Collao. Gritos y abrazos y unos jugadores que en un abrazo en la banda del Estadio Romano de Mérida se postulaban como un claro candidato a ascender a Segunda División B.

El Extremadura B dio un paso adelante en la segunda parte

Cuarenta y cinco minutos por delante y renovaciones en el terreno de juego en el cuadro visitante que no bastaron para detener los primeros ataques serones. El equipo, con todo un director dando órdenes en la banda y ganándose el cariño de la afición verdiblanca, continuó buscando el segundo tanto con el mismo juego de altas presiones que dejó en la primera mitad. Sin embargo, los de Ruiz fueron los que dieron un paso al frente y trataron de lanzarse al ataque. Enmanuel fue el jugador que disfrutó de un par de ocasiones claras, como un potente remate de cabeza en el minuto 65 que se marchaba rozando el poste superior de la portería de Pawel. Los jóvenes jugadores del filial comenzaban a ganar terreno cuando decidió mover ficha por primera vez de los Mozos, introduciendo en el campo a Belencoso y Dani Martínez en el lugar de Casi y Gregori. Esta modificación aportaría la frescura en las piernas del ex jugador del Ebro que consiguió pisar área en sus primeros minutos en el campo.

Pudimos ver más asiduamente a Pawel Florek en esta segunda mitad, pero las llegadas visitantes no bastaron para romper la roca serona. 

Con más metros recorridos por unos visitantes más expeditivos llegamos al punto de inflexión, justo al terminar el “cooling break” que ya acostumbramos a ver en nuestros estadios de fútbol. Cristo, haciendo valer su picardía y experiencia, consiguió zafarse del zaguero y pisar área con un simple cambio de ritmo. Movimiento que tuvo que detener el rival con una fea entrada y el consiguiente lanzamiento desde el punto penal para los verdiblancos. Tapia, fuerte y a media altura, zanjaba esta contienda a diez minutos del final y mandaba a los de Villanueva de la Serena al último escalón antes del regreso a la categoría de bronce.

 

 

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