El debut de Javier Álvarez de los Mozos en el banquillo del Villanovense no fue bueno, pero el desenlace de su primera aventura en el conjunto serón fue inmejorable: ascenso a Segunda División B.
Tras su primer año desde el debut en Olivenza el técnico burgalés ha logrado hacer un equipo a su medida en el que la mano del entrenador se hace visible en cada partido. Todo ello en un año en el que el balance "es muy positivo", tal y como reconoce él mismo en una entrevista para Canal Extremadura. En 21 partidos el técnico del Villanovense ha logrado doce victorias, cuatro empates y cinco derrotas con un ascenso y un gran inicio de temporada en Segunda División B.
Sin embargo, no son ni el ascenso ni el buen inicio de liga lo que más satisfacción le produce al entrenador. “El partido que perdimos ante el Olivenza fue un punto de inflexión, pero me siento orgulloso de haber tomado decisiones en muchos casos impopulares que con el tiempo se ha demostrado que eran necesarias para devolver al club a lo que estaba siendo en Segunda B años anteriores”, reconoció.
Todo ello le ha permitido lograr un equipo hecho a su imagen y semejanza y que despliega su idea futbolística sobre el terreno de juego. “Es fundamental que mi equipo tenga una identidad y se vea la mano del técnico en el terreno de juego. Todavía nos faltan muchas cosas por conseguir y seguro que podríamos hacerlo mucho mejor de lo que lo estamos haciendo”, añade.
En este sentido, ha valorado también las posibles incorporaciones que puedan llevarse a cabo antes del final del mercado de invierno en el que el Villanovense aún tiene una ficha libre por cubrir, algo que no le preocupa: “No me centro en esto, la dirección deportiva está haciendo un gran trabajo y me centro en preparar los partidos. En todo caso serán ellos quienes decidan si hay o no algún jugador que nos pueda aportar”.
