Así fue el regreso del público al Vicente Sanz casi siete meses después

Desde el pasado mes de marzo, cuando se jugó el último partido en casa, ningún aficionado del Deportivo Don Benito había podido ver a su equipo en el Vicente Sanz. Y es que la pandemia del coronavirus privó a la afición rojiblanca de ver cómo el club dombenitense lograba la salvación en Segunda B sobre el césped. 

Casi siete meses después e inmersos en plena pandemia, unos 300 aficionados del Deportivo Don Benito pudieron ver a su equipo, en este caso en un amistoso ante el Cacereño. Un partido que también sirvió al conjunto calabazón para poner en marcha las medidas de seguridad ‘anti-covid’, todo claro está con la estrecha colaboración de los aficionados en un estadio dombenitense que con esta limitación de aforo podrá acoger 1.000 aficionados de los alrededor de 3.000 de capacidad. 

Por un lado, cada aficionado solo podía acceder al estadio previa presentación de un formulario de localización que incluía datos personales. Acto seguido debían someterse a una toma de temperatura que en ningún caso podía superar los 37,5 grados para a continuación acceder al estadio tras desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico. 

Una vez dentro cada aficionado debía dirigirse a su zona del estadio, bien tribuna lateral, central o preferencia y sentarse en una localidad habilitada. En esta ocasión los aficionados siguieron el consejo de llegar al estadio con antelación. De hecho, ya desde el calentamiento se pudo ver a un buen número de aficionados en las gradas, que permanecieron en sus localidades durante todo el partido. 

Una vez finalizado el encuentro, las gradas fueron desalojadas por el personal del club de manera ordenada y escalonada para evitar aglomeraciones en las salidas del estadio. Además, fueron varios los anuncios por megafonía apelando a la responsabilidad de los aficionados.

 

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