Dentro de una semana se cumplirá un año justo desde que el Villanovense viviera una de sus peores pesadillas de su historia recienta, con una derrota cruel en la prórroga ante el Zamora, con autogol incluido de Kike Alcázar, que le llevó a Tercera División.
Ese día, algunos de los pesos pesados del vestuario, como Pajuelo, Moraga o Anxo, se conjuraron entre lágrimas para hacer lo más corta posible esa pesadilla. Y hoy domingo, sin apenas haber cumplido 365 días, el Villanovense ha despertado a Villanueva de la Serena de ese mal sueño, sus jugadores han cambiado las lágrimas de tristeza por las de emoción y le ha devuelto a la categoría que se merece: la Segunda División B.
Un regreso a lo grande, de un equipo enorme, que ha trabajado a la sombra, aguantando la presión jornada a jornada, sin tener encima suyo el foco mediático que han arrastrado otros equipos de su categoría, pero respondiendo en el campo con unos números demoledores tras proclamarse campeón de la Tercera extremeña sumando 100 puntos.
Le hubiese gustado arrastrar a más público al ‘Romero Cuerda’ durante la temporada, pero se da por satisfecho con que en la jornada de hoy Villanueva de la Serena y muchos aficionados de la comarca, respondieran llenando el estadio y convirtiéndolo en una auténtica olla a presión para su rival, la Gimnástica de Torrelavega. Un equipo, el cántabro, al que el conjunto serón apenas le dio opción para tratar de siquiera soñar con hacer la hombrada de llevarse la eliminatoria en campo visitante.
El Villanovense sabía que era su día, el más esperado después de una dura y larga temporada, y no falló. Para la cita el capitán del barco, Julio Cobos, dejó de inicio en el banquillo al auténtico santo y seña de los serones: al capitán Pajuelo. Ante el juego directo de los visitantes, prefirió reforzar el mediocentro con otro experto en lucha, brega y además poderoso en el juego aéreo, como Javi Sánchez. Por lo demás, pocas sorpresas en el once titular, en el que Cobos decidió mantener a Moraga en el extremo diestro.
Los primeros minutos del choque fueron de tanteo de ambos equipos, que se mostraban muy imprecisos y perdían bastantes balones. No obstante, la Gimnástica de Torrelavega, que era el que debía exponer más, nunca dio sensación de peligro en el ‘Romero Cuerda’. De hecho, se marchó de Villanueva sin registrar ningún disparo entre los tres palos.
Poco a poco el Villanovense, de la mano del ‘torero’ José Ángel, empezó a carburar. Zurbano se dedicaba a cazarlas por arriba, mientras que en los extremos Anxo y Moraga empezaban a hacer daño como puñales.
Precisamente por la banda derecha, aunque a través de Trinidad que aprovechó el factor sorpresa llegó el primer tanto. Primero, en el 13, el carrilero ya había puesto un servicio inmejorable que José Ángel, al borde del área chica, cabeceó a las manos del portero.
Y sólo seis minutos más tarde, fue el propio Trinidad el que puso un centro desde la diestra, lo rechazó la defensa cántabra al costado izquierdo y allí Anxo, regaló al respetable una genialidad para dejar sentado a su par y poner el balón de nuevo en el área, donde el lateral derecho tuvo tiempo para pensar por donde iba a fusilar a Cabrero, al que batía poniendo el 1-0.
El primer paso, de empezar marcando, estaba hecho. Sin embargo el resultado era peligroso e incierto.
En el 24, la Gimnástica tuvo el primer acercamiento, con el que quiso certificar que estaba pisando el césped del ‘Romero Cuerda’. Fue tras un balón que se comió la zaga serona, que tuvo en este su único fallo en todo el encuentro. El esférico lo recogió Vinatea en el lateral zurdo del área, puso un centro y Tapia no se complicó y despejó el peligro enviando a córner.
Al filo de la media hora, Cubi estuvo a punto de aumentar distancias, tras cabecear de espaldas una buena falta puesta por José Ángel desde la línea de tres cuartos, pero que el cancerbero Cabrero despejó a saque de esquina.
El Villanovense dominaba y trataba de dinamitar el choque antes del descanso. Objetivo que consiguió a siete minutos del descanso. Tras un balón ganado por Zurbano, Anxo disparó, el rechace en un defensor rival le llegó a Curro, que remató al palo, pero de nuevo el rechace lo recogió atento José Ángel, que de cabeza y en plancha anotaba a placer el 2-0 que empezaba a dejar camino libre a la categoría de bronce.
Con el 2-0 se llegó al descanso y quizás en el primer cuarto de tras la reanudación, es cuando la Gimnástica de Torrelavega quiso sacar algo de orgullo y recortar distancias para meterse en el partido.
De hecho, en el minuto 56 el técnico visitante, Ezequiel Loza, había revolucionado el once introduciendo los tres cambios. Uno en el descanso, y dos de una tacada en el once de la segunda mitad.
Al cuarto de hora, los cántabros gozaron de su mejor ocasión en todo el partido en una de sus pocas jugadas trenzadas. Fue Salcines que el protagonizó una arrancada desde atrás, cedió al recién incorporado Miguelín, que se la puso con toda la intención a Vinatea, que logró enganchar un disparo desde el pico de la frontal del área, pero su tiro se fue muy alto. En la siguiente jugada respondió José Ángel con un cabezazo desviado, tras pase de Trinidad desde la derecha, sin embargo el balón se marchó desviado.
Fue un espejismo, ya que el arranque de orgullo de los visitantes se fue diluyendo como un azucarillo, al tiempo que la euforia de los verdiblancos subía con el paso de los minutos.
Y como no podía ser de otra manera, al final a la fiesta se sumaron dos grandes pilares del equipo en esta temporada. Por un lado Pajuelo, aclamado cuando salió a sustituir a Javi Sánchez. Y por otro el ‘pistolero’ Juanfran, al que sólo le bastaron dos minutos en el campo, para cazar un balón suelto dentro del área y enchufarla al fondo de las mallas en el 73, provocando el delirio en las gradas. El murciano desenfundó su pistola, por decimoctava ocasión en la temporada, y se quedó como el ‘pichichi’ del equipo.
De ahí al final, poco más. Solo destacar la exhibición de poderío defensivo de Trinidad, el jefe Cubi, Jair --que apunta a equipo grande-- y de Tapia, todo pundonor. Sólo era cuestión de dejar que pasaran los minutos y a esperar el pitido final, con el que el estadio ‘Romero Cuerda’ estalló de júbilo por el merecido regreso de su equipo a la Segunda División B.
Una categoría que abandonó con el fallecido José Luis Montes en el banquillo aquel 1 de junio del 2013, pero cuya figura estuvo presente desde el principio al final de temporada. En la primera jornada como local ante el Don Benito con la pancarta homenaje al propio Montes y hoy con el lema en las camisetas que se repartieron para celebrar el ascenso y en donde se podía leer ‘Te la debíamos, bigotes’. El Villanovense de Julio Cobos se propuso volver y vaya como como volvió…
VILLANOVENSE: Fuentes, Trinidad, Tapia, Cubi, Jair, Javi Sánchez (Pajuelo, min. 65), Curro (Juanfran, min. 71), Moraga (Sansi, min. 87), Anxo, José Ángel y Zurbano.
GIMNÁSTICA TORRELAVEGA: Cabrero, Adrián Mier (Héctor Calleja, min. 46), Zalo, Salcines, Mario, Jorge Gómez, Hugo Vitienes (Miguelín, min. 56), Siro, Vinatea, Pascua y Lipe (Yayo, min. 56).
GOLES: 1-0: min. 19, Trinidad. 2-0: min. 38, José Ángel. 3-0: min. 73, Juanfran.
ÁRBITRO: Alberola Rojas. Amonestó al local Javi Sánchez.
INCIDENCIAS: 1.800 espectadores en el estadio ‘Romero Cuerda’. Llenazo. La mejor entrada de la temporada.
