El estadio ‘Romero Cuerda’ presentó sus mejores galas para acoger el regreso del Villanovense a la categoría de bronce.
Quitando el famoso choque ante el Mérida, para el que se instalaron gradas supletorias, el campo municipal serón tuvo un llenazo. Dio gusto ver llenas las gradas de tribuna y preferencia e incluso ver a gente de pie viendo el partido, en la valla que circunda la pista de atletismo.
Satu con su bombo, lideró el Frente Serón y la animación en tribuna; mientras que en la Preferencia la Grada Joven prestó sus gargantas para llevar al equipo en volandas al triunfo. Destacó también en preferencia el grupo de aficionadas, la mayoría parejas de los jugadores, agrupadas tras la pancarta: “Nunca caminaréis solos”.
El gol tempranero de Trinidad tranquilizó los ánimos de la afición y el segundo antes del descanso de José Ángel hacía prever una segunda mitad cómoda, como así fue.
Al final, el delirio. Los aficionados invadieron el césped y se fundieron en un abrazo con los jugadores. Los de la casa, como Tapia, Jair o Pajuelo, fueron de los más aclamados. De hecho, el ‘capi’ salió a hombros y fue manteado por sus amigos.
Por su parte, el ‘torero’ José Ángel volvió a coger el capote y brindó unos capotazos al respetable.
Emocionado fue también el abrazo en el que se fundió el cuerpo técnico del Villanonense, comandado por Julio Cobos y Francis Bordallo, junto al banquillo nada más pitar el árbitro el final del choque. Trabajo callado de los técnicos que han sabido sacar jugo a una plantilla que supo estar a la altura.
Luego, en el vestuario, corrió el champán y al grito de ‘¡Campeones, campeones!’ la alegría colectivo llevó al equipo hasta la plaza de Maura, donde dos semanas después, tras el campeonato de Tercera, los jugadores del Villanovense volvieron para celebrar, esta vez sí, su vuelta a la Segunda División B, la categoría de bronce del fútbol español.
Unas fotos, las de la celebración en la fuente, que colgaremos en breve en otra noticia.
